Prince fue un ícono de la música que marcó la evolución de la
música pop en los años noventa. Su popularidad y exposición sufrió un revés
cuando se enfrascó en una pelea con el sello disquero Warner, que incluso lo
hizo cambiar de nombre (¿se acuerdan del símbolo impronunciable?). Siete años
después de su último lanzamiento, Prince se hace de a buenas con Warner y lanza
este trabajo en donde si bien no hay ninguna sorpresa mayor, se reposiciona con
un sonido muy actual y distintivo. En él, se actualiza con las tendencias que
él mismo ayudó a desarrollar a fines del siglo XX. Es un disco muy entretenido
en el cual de seguro nos hará mover la cabeza al ritmo de los beats del funk, pop y hip hop, sumados a
la tradicional e infaltable sensualidad de las líricas y forma de cantar de este
genio multi-instrumentalista. Un disco muy sexy que se presta para bailar, se
escucha muy bien de principio a fin. Échenle oreja a los temas Funknroll, Art Official Cage
y Time.
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